http://carpetadecarton.blogspot.com.es/2015/12/debates-discursos-y-campana-electoral.html
Comparto un artículo sobre la publicación del Real Decreto 840/2015, de 21 de septiembre, por el que se aprueban medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas, quedando derogado el hasta ahora vigente Real Decreto 1254/1999.
Con este real decreto se transpone al ordenamiento jurídico español la Directiva 2012/18/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de julio de 2012, que modernizaba la legislación aplicable a este tipo de actividades y que actualiza la clasificación y etiquetado de las sustancias peligrosas.
http://ibsingenieria.blogspot.com.es/2015/11/nuevas-obligaciones-para-las.html
Tertulias, presentaciones literarias y otros cuentos.
14 de julio de 2014.
En los últimos años, la vida cultural y mi existencia diaria han seguido caminos diferenciados. La asistencia a conferencias, exposiciones o actos culturales similares no han ocupado las celdas de mi agenda electrónica en la que tomo nota de todas mis obligaciones profesionales, personales y citas irrenunciables.
Quizás la dinámica de la vida familiar, llena de obligaciones, gratas casi siempre, han relegado ciertas aficiones que en otras épocas permitían un desahogo neuronal e intelectual, necesario, a la vez que un seguro enriquecimiento personal.
Ya ni siquiera soy capaz de mantener mi blog personal, al que bauticé hace mucho tiempo como Cabreos Epistolares por basarse fundamentalmente en epístolas de un ciudadano cabreado con las administraciones públicas que nos atenazan con obligaciones y normas, y con sus responsables, carentes muchas veces del sentimiento de responsabilidad requerido para sus funciones. Después de un cambio de título obligado por el portal que alojaba la página web, Carpeta de cartón… se denomina ahora, han sido muy pocas las aportaciones que deberían colmar un cuaderno de bitácora al uso.
El verano, ese tiempo tan esperado y que tan velozmente pasa impidiendo materializar muchos de los planes y proyectos amasados durante el resto del año, con el relajo de ciertos horarios, obligaciones escolares, y el ralentizado ritmo profesional que la época estival y la crisis ya casi crónica, que nos atenaza a algunos sectores y profesionales, obligan me permitieron asistir hace unos días a la presentación de un libro con autor leonés, fiscal de menores para más señas, en la Fundación Sierra Pambley de nuestra ciudad.
Avelino Fierro, que así se llama el autor, acompañado por su editor y con la presencia del escritor Julio Llamazares, realizó el necesario rito de pedir perdón por lo escrito, a la vez de agradecer a todos los que de una manera u otra participaron de la idea, de los textos o de la materialización del producto literario: un dietario que recoge los pensamientos y acontecimientos, reales o ficticios, del que escribe, como una manera de revivir lo leído o de vivir lo no acaecido, pero, seguramente, sí deseado.
A fuerza de ser sincero, tendré que decir que desconocía la vida y obra del tal Avelino; mea culpa. A partir de ahora intentaré ponerme al día de sus escritos. Gracias a Dios, tampoco tenía conocimiento de su faceta profesional como fiscal. De esto último creo que debo congratularme.
El personaje que me animó a asistir al acto comentado fue Llamazares. Uno de los primeros recuerdos literarios que atesoro en mi escueta y desvencijada memoria, es el de la asistencia al estreno cinematográfico, en el Teatro Emperador, de Luna de Lobos, cinta basada en la novela del mismo título del escritor de Vegamián. Esto obligó a una lectura previa, no recuerdo bien si obligada o recomendada por el profesor de literatura. El caso es que ese primer contacto propició otros muchos hasta la actualidad.
Creo además que Julio Llamazares es un buen contador de historias. Su voz grave y cadenciosa junto con cierto aire irónico y descreído hacen que sus comentarios y discursos atrapen al público con facilidad.
Con ese espíritu de asistencia a un Filandón veraniego acudí dispuesto a dejarme atrapar por lo dicho, o por lo leído.
Mucho fue lo expuesto, lo entredicho y lo presentado. Muchos los nombres, los lugares y los agradecidos. Y muchas también las reuniones de amigos y tertulias mencionadas.
Y es a esto último, a las tertulias, a lo que quería yo llegar. ¿Podrían existir los escritores sin las tertulias? Parece que todos tienen su tertulia. Y me refiero a la versión romántica y tradicional de estas reuniones. Las que tienen lugar normalmente en un lugar público, en un café o en la sala de un hotel. Cuando un grupo, más o menos numeroso, alrededor de una mesa, necesaria para los cafés, los licores o lo que se tercie en cada momento, comentan, discuten o parlamentan sobre los temas más diversos. Sobre la vida y sobre los que viven y mueren. Todo intelectual que se precie tiene, o ha tenido en alguna ocasión, una o varias tertulias. ¿Usted no?
En algún momento de mi vida de estudiante universitario, y me refiero a ese espacio temporal entre los dieciocho y los veintitantos años, porque creo que, estoy seguro más bien, que nunca he dejado de estudiar desde aquellos años, tuve también yo una tertulia; es más, una tertulia con pretensiones literarias.
Recuerdo, algo queda en esa castigada red de neuronas interconectadas…, recuerdo, decía, la primera planta del Gran Café. Un espacio que en aquella época, desconozco su estado actual, parecía el escenario perfecto para un evento de esa categoría. Mesas cuadradas de madera, con sus cuatro sillas bien colocadas, se repartían por toda la planta. Una barra con adornos tallados se anteponía a un espacio barroco, como de un retablo se tratase, en el que un espejo aparecía escoltado por estanterías acristaladas repletas de los más exóticos brebajes y licores.
En un lateral, bajo un grandioso espejo y una lámpara de cristal aparecía un largo banco tapizado con terciopelo. Rojo sangre; encarnado, como diría una de mis abuelas, o quizás granate, no recuerdo bien. Puede que tampoco pudiera definir un color concreto para aquel tejido. Una mesa, de la misma longitud que el aterciopelado asiento y un conjunto proporcional de sillas completaba aquel rincón. Nuestro rincón.
Alrededor de aquella mesa, con los efluvios de los aromáticos cafés, los exóticos licores, y el humo de alguna que otra pipa cargada con secretas mezclas de tabacos turcos, americanos y algunas notas de caldos destilados, en aquellos tiempos aún se podía fumar en los establecimientos públicos, discutíamos sobre lo divino y lo humano, planificamos actividades de la revista universitaria que editábamos, leímos textos de autores malditos o, incluso, alguno de los asistentes dio sus primeros pasos como novelista o como poeta…
Había, recuerdo ahora con más nitidez, un cuaderno de notas, en el que se reflejaban y anotaban los asistentes a cada una de las sesiones convocadas, las conclusiones o comentarios más significativos, o se ponían negro sobre blanco los esbozos de algunos textos, quizás germen de futuras novelas.
Nos sentiríamos, seguramente, como los parroquianos que hicieron del Café Gijón madrileño su espacio de vida. Rememoraríamos autores ilustres o quizás prohibidos en tiempos remotos. Vivimos, alrededor de una mesa, y con los libros como excusa, las más arriesgadas aventuras sin movernos de aquella primera planta del Café.
Sí. Yo también tuve una tertulia.
En los últimos años, desde que la crisis económico-financiera-inmobiliaria se coló en nuestras vidas, se han reducido de manera drástica las obras promovidas y ejecutadas por las administraciones: ayuntamientos, mancomunidades, comunidades autónomas…
Trabajos relacionados con la ampliación de infraestructuras, reparación y mantenimiento de elementos y mobiliario urbano, renovación de aceras o pavimentos, asfaltados periódicos de nuestras calles, ampliación de elementos de iluminación, etc.. que antes eran tratados como obras o actuaciones con entidad propia, en la que se redactaba un proyecto técnico para la licitación de los trabajos con su correspondiente tramitación administrativa y dirección facultativa completa se consideran ahora como trabajos de mantenimiento y se ejecutan con personal propio.
Esto conlleva muchas veces la inexistencia de una coordinación de seguridad y salud en fase de obra; los trabajos son considerados como una actividad más de la brigada de obras sin que exista una dirección facultativa de los trabajos.
En este tipo de actuaciones, recogidas claramente en el REAL DECRETO 1627/1997, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción deberían contar con un Coordinador de Seguridad y Salud en el mismo momento en que se constate que existe más de una empresa actuando en las mismas, circunstancia habitual por otra parte. (Es normal que se subcontrate una máquina concreta o una parte de los trabajos…)
Y esto aunque no exista una documentación técnica de los trabajos o proyecto; la obligatoriedad del Coordinador de Seguridad no está supeditada a la redacción o no del proyecto técnico, sino a la existencia de varias empresas intervinientes.
Empresas como ibs ingeniería cuentan con técnicos formados en ingeniería, acreditados por la Junta de Castilla y León como Técnicos Superiores en Prevención de Riesgos Laborales y habilitados por el Ministerio del Interior como Directores e Seguridad, especializados en la redacción, implantación y mantenimiento de estos Planes de Seguridad.
La importancia de la existencia de un Plan de Seguridad Integral bien desarrollado e implantado de forma correcta.
La Catedral de León fue desalojada el dos de abril a raíz de una llamada telefónica en la que se comunicaba la existencia de un artefacto explosivo preparado para explotar en treinta minutos.
Según informan los medios de comunicación local varias dotaciones de la unidad TEDAX de la policía nacional así como patrullas de la policía local se desplazaron a la zona para desalojar la catedral y sus inmediaciones así como para intentar localizar el explosivo anunciado. Afortunadamente todo quedó en un susto. La falsa alarma fue confirmada una vez que las distintas dependencias fueron inspeccionadas por el personal especializado.
Según declaraciones del administrador de la Catedral, D. Mario González, una vez recibida la comunicación se vivieron algunos momentos de nerviosismo.
Podríamos realizar algunas reflexiones a la luz de los hechos acaecidos:
Todos estos puntos, y muchos otros, se desarrollan en el Plan de Seguridad Integral que todo centro de trabajo, institución u organización debería tener como documento base de actuación para la seguridad de sus trabajadores, visitantes y patrimonio.
Este documento debe ser redactado por personal debidamente formado en aspectos de seguridad, prevención de riesgos laborales, protección contra incendios y gestión y dirección de proyectos.
Empresas como ibs ingeniería cuentan con técnicos formados en ingeniería, acreditados por la Junta de Castilla y León como Técnicos Superiores en Prevención de Riesgos Laborales y habilitados por el Ministerio del Interior como Directores e Seguridad, especializados en la redacción, implantación y mantenimiento de estos Planes de Seguridad.
En las frías noches leonesas que dan paso al mes de febrero, la víspera de Santa Brígida, se escuchan en los campanarios y espadañas de las decrépitas iglesias el reconocible tantaneo del Tente Nube…
“Tente nube, tente tu
que Dios puede más que tu;
tente nube, tente palo
que más puede Dios que el diablo”
Con este toque, que ya solo recuerdan algunos viejos campaneros, como los de Fresno de la Vega que aún conservan la tradición, se intenta ahuyentar al Reñubero.
Este geniecillo leonés, dominador de las tormentas y nubes, y provocador de tempestades, granizadas, nevadas y otros fenómenos atmosféricos dañinos para los campos y, en especial, para las cosechas, elabora con sus manos a base del barro de los campos las piedras que formarán las granizadas de cada año.
Con el toque de campanas del Tente nube, intentaban los viejos del lugar aturdir al Reñubero para que no acertara a fabricar la masa necesaria para las piedras, quedando así el pueblo libre del temido pedrisco para todo un año.
En algunos lugares, mientras tañían las campanas, se recogían doce piedras que eran guardadas con devoción. Con la llegada de las nubes y las tormentas tiraban alguna de esas piedras a los campos, logrando de esta manera espantar el granizo.
En la comarca de la Cepeda, mantienen que el Reñubero porta en su mano derecha un haz de centellas mientras que en la izquierda lleva un recipiente cargado de piedras que arroja con furia sobre las cosechas.
Hoy en Fresno de la Vega, en la Iglesia de San Miguel, intentarán como antaño despistar al Reñubero con los mágicos toques de campana.
31 de enero de 2014
Marcos Alvarez
La integración de la actividad preventiva en la empresa ha sufrido variaciones desde la promulgación de la Ley 31/1995 de Prevención de riesgos laborales y todos los Reales Decretos posteriores que supusieron un punto y aparte en el tratamiento de la seguridad y la salud de los trabajadores en España.
Uno de los cambios significativos ha sido el del número de trabajadores de la empresa para que el propio empresario pueda asumir las tareas preventivas, siempre y cuando desarrolle actividad en la misma.
En la redacción original del REAL DECRETO 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, la condición era de menos de seis (6) trabajadores; en la modificación introducida por el REAL DECRETO 337/2010, de 19 de marzo, por el que se modifican el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, se aumenta hasta diez (10) trabajadores; y en la reciente publicación de la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, este número crece hasta 24 trabajadores, con la condición de que solo cuenten con un centro de trabajo.
El número de empresas que en nuestro país quedarían englobadas en esta categoría es difícil de calcular pero según datos de la Dirección General de Industria y de la PYME, del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el 95, 5 % de las empresas españolas tienen nueve trabajadores o menos. Ampliando esta cifra hasta los 24 el rango de empresas que pueden organizar sus tareas preventivas directamente a través del empresario es muy alto.
Esta circunstancia abre una vía al asesoramiento en materia de prevención de riesgos laborales para las empresas que eligen esta modalidad preventiva.
Y no me refiero a los Servicios Ajenos de Prevención, que tienen sus cometidos claramente definidos en la normativa vigente, cada vez más exigente – por cierto, sino al asesoramiento que estos empresarios, que eligen asumir directamente la gestión de la prevención de su organización, pueden precisar para complementar sus conocimientos preventivos.
Creo que esta figura es completamente viable con la actual normativa preventiva y que es de vital importancia para el buen funcionamiento de nuestras pequeñas empresas, a la vez que ayuda a la adecuada integración de la prevención en la dinámica de las organizaciones.
Marcos Álvarez
Hoy he recibido un correo electrónico de uno de mis alumnos de este cuatrimestre.
La verdad, no sé como valorarlo, pero os dejo un extracto a continuación…
Buenas Marcos, ya te he subido las prácticas.
La verdad es que me arrepiento de no haber tomado muchas notas porque me ha costado realizar las memorias, y por ello, tengo unas memorias bastante pobres. He intentado mejorarla por todos los medios y este ha sido el resultado final. Así que si quieres que te haga un trabajo adicional o lo que sea, lo haré encantado. Todo sea por subir la nota.
Por otro lado, es la primera vez que digo esto a algún profesor. En mis 3 años de carrera, con una gran falta de vocación a la espalda, me cuesta muchísimo ir a las prácticas ya que me parecen todas un coñazo y siempre suelo ir con caras largas. Sin embargo, tus prácticas han sido las únicas que he disfrutado en esta carrera, y no por el temario precisamente, si no por tu forma de dar las clases, tu humor y tu dinámica, he aprendido bastante. Incluso le cogí vició a las últimas prácticas de los circuitos y eso que la electrotecnia ni fu ni fa.
Aunque no hayamos tenido mucho contacto, eres de esos profesores que llevas en el recuerdo como algunos del instituto que nunca se olvidarás. Ojalá impartieses todas las prácticas de la carrera. Eres la hostia y un profesor 10. Definitivamente recomendaré tu asignatura. Un placer tenerte como profesor.
…//…
¿Qué os parece?