Brindis de año nuevo: paz y comercio
(a propósito de Damasco, Alepo, Bruselas ….)
Pocos lugares habrá tan forjados como crisol de culturas y pueblos que comerciaron entre sí en tiempos de paz como el territorio de Siria. Pocos que representen la Europa posterior a la 2 Guerra mundial como Bruselas.
Habitada sucesivamente por hititas, asirios, babilonios, persas, selucidas, armenios, romanos, omeyas, abasidas o mamelucos, la actual capital siria, Damasco fue en el año 634 la primera gran ciudad que cayó ante el Califato invasor. Cruce de caminos en la ruta de la seda visitado por mercaderes de Venecia, Samarcanda o Agra, otra ciudad Siria, Alepo, gozó de un destacadísimo auge bajo el imperio turco, que prácticamente ha continuado hasta no hace tanto: vibraba con la vida y comercio en paz entre musulmanes, judíos y cristianos que han cambiado sus otrora bulliciosas calles y negocios por dolor, ruinas, oscuridad, recuerdos devastados, y negocios abandonados en una égida que sólo últimamente llega a Europa, y mucho antes a Cairo, Dubái, Beirut.
Bruselas, con raíces en Flandes y Brabante, borgoñonas y hanseáticas. Destino de la Ruta de la Lana moderna. Parte de Países Bajos a raíz del Congreso de Viena, capital de la Bélgica independiente. Invadida por españoles, franceses, alemanes, a todos acabó dando cabida, lo mismo que a gentes venidas de más lejos. Bruselas es desde hace décadas núcleo en el nuevo mercado común de la nueva Europa, cuyos muchos fallos y burocracias son superados con creces por sus mayores méritos y libertades. Símbolo de la integración regional a través del mercado, Bruselas, amenazada, no celebrará esta noche
Por la paz en ciudades–mercado y ciudades-ruta que ya fuesen de lana o de seda, siempre con libertad, sirvieron para construir puentes, crear mercados, unir pueblos. Nuestros mejores deseos para 2016!!