perdí dos

Perdí dos.
Dos capítulos, pensaba, me he perdido hace un par de fines de semana, de esa serie que al parecer todo el mundo seguía desde hace años.

SPOILER !:


Pues ya los he visto y, francamente, no me los había perdido.

El atractivo de la serie era precisamente que todos los personajes estaban perdidos, metafórica y literalmente.
El solo concepto de «final» en esta serie (y en casi cualquier otra) carece de sentido.

Y por cierto, que no necesité el sexto mío para sospechar por dónde irían los tiros…
Al fin y al cabo, una vez que se comprende por qué Sir Arthur mató a Sherlock Holmes, uno ha comprendido el alma íntima del creador, esa parte oscura, Hydiesca, que insufla aire incluso al más inocente de los personajes y que, por tanto, tiene derecho a acabar con él…

Soy tu creador, ¡me debes la carne!

Al igual que me pasó en «El Mundo del Río» (los dioses guarden, si se ven capaces, a los grandes creadores de universos), no veo necesario un final, ninguna explicación, nada de trascendentalismos.

Salgo a la calle y no hay aclaración alguna.

Por cierto, !qué bajita era Claire!, nunca antes me di cuenta… ahora ya es demasiado tarde.
Sí, me recordó a ti, Marilyn, si alguna vez lees esto.
Espero que tú no des a luz entre bambalinas… bueno, a menos que sea eso lo que quieres 😉

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