La Dama de Arintero, guerrera leonesa del S. XV. Recordada el día de la mujer trabajadora del 2017

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«Si queréis saber quién es este valiente guerrero, quitad las armas y veréis ser la Dama de Arintero»
Conoced los de Arintero
vuestra Dama tan hermosa
pues que como caballero
con su Rey fue valerosa.
Lema de escudo

Dama de Arintero
En León, cabeza del antiguo Reino, son muchas las historias, leyendas y mitos populares y caballerescos. Agradecemos al Profesor Héctor Luis Suárez Pérez, Editor de LeonVirtual.es, su llamada de atención sobre la historia de esta leonesa de la montaña que en siglo XV participó con éxito en las guerras sucesorias habidas a la muerte de Enrique IV a partir de 1474. 

Las gestas de Juana, la Dama de Arintero, parte historiadas y parte entre brumas de leyenda, las recordarán algunos por libros de texto de nuestra época colegial, o incluso aquella infantil serie  «Los Lunnis» que le dedicó algún capítulo, a modo de cuento. También la prensa retoma de vez en cuando esta historia (aquí Diario de León).

 

 

Lejos de la anécdota, investigadores como Antonio Martínez  Llamas profundizaron más a fondo en la vida y gestas de esta Dama guerrera y pionera, concluyendo sobre la realidad de su existencia y  aportando perspectivas (como posibles celos de la Reina Isabel, por el interés de D Fernando en la leonesa). Por su parte, Maximiliano González Flórez  evidenció con base archivística datos sobre su partida hacia la guerra,  los privilegios concedidos por Fernando el Católico  y  sobre rasgos de su personalidad.

En un tiempo cuando la mujer se encontraba excluida del ejercicio de las armas; a la sazón «profesión» que acercaba paisanos a señores, que además de un servicio suponía la posibilidad de obtener reconocimientos, Juana, Dama de Arintero, supo hacerse valer. Arriesgándose a la excomunión, la exclusión   y a la  muerte por guerra  en una actividad prohibida a la mujer, hubo de vestirse de varón, para con su habilidad femenina participar con éxito en la lucha que se propuso. 

Caballero Medieval. Banco de imágenes. Ministerio Educación.Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unreported

Repasemos: En aquella guerra dinástica y civil, en la primavera del año 1476,  los mozos de la zona de Arintero, se alistaban y encaminan hacia Benavente, donde los Reyes Católicos habían levantado sus reales, y hacia Toro, Albuera o Zamora, para unirse a las las tropas de Isabel -hermana del fallecido Enrique IV-  y Fernando. El objetivo del ejercito de los Católicos era hacer frente a las tropas de la Infanta doña Juana, apoyada por las mesnadas del Rey Alfonso de Portugal.  En Arintero, pequeño pueblo de la montaña leonesa, sus gentes alzaron pendones por Isabel. Pero, García de Arintero (algunos dicen que conde), sin hijos varones no podía enviar vástago alguno, lo que al parecer le causaba gran aflicción. Su hija mediana, Juana, quiso defender  el honor y nombre de su linaje. El padre se oponía con mil argumentos. Básicamente, porque «no puede haber mujer en la guerra, o en las armas«. Superar la oposición paterna fue la primera victoria de Juana, quizás las más compleja.

Tras un duro y rápido aprendizaje en la espada, la lanza, los caballos, las armaduras, y las formas,  la de Arintero se unió como «Caballero de Olivares» a las tropas leales a Isabel (hay quien asegura, en cambio, que el nombre utilizado era Cristianía o Diego Ortuño). Sea cual sea el apodo adoptado, el valor de Juana en la toma de la rebelde Zamora, a la sazón ciudad partidaria de La Beltraneja, le  granjeó reconocimiento entre las mesnadas reales. Participó también en la batalla en Toro (Peleagonzalo). Son distintas las versiones sobre cómo (seguramente en Toro) fue descubierta debiendo «confesar» su condición al Almirante de Castilla.

El Rey Fernando, admirado, confirmó privilegios a la Dama, a Arintero y a sus pobladores:

  • Reconocimiento de Arintero como solar de Hijosdalgos, conservando la categoría incluso si mudaban su residencia
  • Exención del pago de tributos reales y del servicio militar.
  • Derecho de ser Presenteros en la parroquia de Santiago Apóstol, a ser obsequiados con yantar por el rector de la parroquia,  y que el Presentero de más edad llevase la ofrenda de la caridad todo el año.

De regreso a la montaña leonesa, dicen que defendiéndose de nuevos ataques (en este caso más llevados por la avaricia y envidia),  en el pueblecito de “La Candana” cayó herida de muerte. Aunque no falta quien asegura que en realidad huyó casando con un caballero asturiano…….   Final incierto de Juana, de la que se conserva su casa familiar en Arintero,  que fue reconstruida tras la guerra civil de 1936

Los tiempos han cambiado, y también las luchas. Aún así, recordamos con honra a aquella valiente pionera leonesa, que sin amilanarse traspasó mucho más que un techo de cristal, adentrándose en terrenos vetados a las femias medievales.

Cuentan más cosas:

Rio Curueño, by Ricardo Castellanos Blanco

 

 

Y añadimos, gracias a lo que nos recuerdan lectores que Arintero, está situado al norte de la provincia, en la cordillera Cantábrica, a orillas del río Villarías (afluente del Curueño), a 1.320 m de altitud, y fue destruido (incluida la casa de Juana) durante la Guerra Civil de 1936-39 reconstruida en la postguerra como se ha indicado ya. Ver wikipedia

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Publicado por

Elena F Pérez Carrillo

Doctora en Derecho. Profesora de Derecho Mercantil Universidad de León